La acupuntura y la moxibustión constituyen una parte importante de la MTC. Previenen y tratan enfermedades mediante la punción en algunos puntos del cuerpo humano con agujas o con calor generado por la moxa. La acupuntura y la moxibustión tienen una eficacia amplia y evidente y requieren equipos simples. Es por esto que gozan de gran popularidad en china desde hace miles de años.1
Ese procedimiento terapéutico es de ejecución aparentemente sencilla, pues consiste en la introducción de agujas metálicas o en la estimulación calórica de ciertos puntos de la piel. Detrás de esta sencilla operación se oculta, sin embargo, una formidable estructura lógica, una vasta construcción de perspectiva cósmica cuyas partes ajustan entre sí como un mecanismo de precisión. Es el resultado de la observación paciente y de la aplicación meticulosa: del empirismo metódico, transmitido y acrecentado a través de los milenios.
Los puntos que se estimulan son los puntos chinos, situados en lugares precisos y determinados. Cuando observamos una lámina de acupuntura, vemos que los puntos están unidos entre sí mediante líneas: son los meridianos. Según los chinos, son vasos (Chings) conductores de un fluido que denominan Chi y que nosotros traducimos por energía. Los puntos son, pues como “nudos” situados a lo largo de conductos por donde circula la energía.
Esta energía, responsable de la vida y de la salud del organismo, no es homogénea. Está compuesta por dos fuerzas iguales y opuestas: INN y IANG (o Yin – Yang). Ambas se encuentran en exactas proporciones, pero variables según el meridiano o según la región del cuerpo. Si esa proporción se altera surge la enfermedad. La mezcla proporcionada, exacta, configura el equilibrio; la mezcla desproporcionada, el desequilibrio. La salud es el equilibrio energético; la enfermedad, eldesequilibrio.2
En realidad la MTC es un sistema de pensamiento y una práctica coherente e independiente que se ha desarrollado durante más de dos milenios. Basado en textos antiguos, es el resultado de un proceso continuo de pensamiento crítico, así como de una amplia observación y experiencia. Representa una completa formulación y reformulación de materiales, llevada a cabo por prestigiosos practicantes clínicos y teóricos. Sin embargo, está también enraizado en la filosofía, la lógica y los hábitos de una civilización extraña a la nuestra. Por ello ha desarrollado su propia percepción del cuerpo, la salud y la enfermedad.3
“…los chinos piensan que cada persona es un cosmos en miniatura.”3
En cada persona, como en cualquier paisaje, hay signos que cuando están equilibrados, definen la belleza o la salud. Si los signos están en desequilibrio, la persona está enferma o el cuadro (paisaje) es feo. Por tanto el médico chino mira al paciente de modo semejante al pintor que mira al paisaje: como un conjunto organizado de signos en el que la esencia de la totalidad puede ser contemplada. Los signos del cuerpo, por supuesto, son algo diferentes a los signos de la naturaleza –incluyendo el color de la cara, la expresión de las emociones, las sensaciones de bienestar o de dolor, la calidad del pulso, etc., pero expresan la esencia del paisaje corporal.3 La acupuntura y la moxibustión, como parte integral del sistema chino, corrigen los desequilibrios que se traducen como síntomas y signos de enfermedad.
A la pregunta de ¿por qué enferma la gente? los chinos responden que los factores que precipitan la enfermedad pertenecen a una de las tres categorías siguientes: medio ambiente, la emoción, y el modo de vida. Pero aún cuando uno u otro de estos factores puedan estar presentes al comienzo de la enfermedad, este factor no se contempla como algo separado de la enfermedad. Forma parte del tejido o trama, es uno de los síntomas y signos con los que el médico chino teje el diagnóstico.3
En contradicción con la medicina Occidental, que clasifica y diagnostica la enfermedad y no a la persona, la medicina china, al igual que la mayor parte de las psicoterapias, se preocupa del físico particular y del estado emocional del individuo. La medicina china y la psicología también poseen clasificaciones sistemáticas de las enfermedades; sin embargo, los sistemas de diagnóstico y de tratamiento de estas prácticas ponen énfasis en los atributos intrínsecos diferenciales de cada individuo. El organismo humano muestra un limitado repertorio de síntomas y signos que pueden señalar alteraciones de las funciones naturales. Tratar estos síntomas y signos sin leerlos junto a la historia de la persona, es una negación del papel que juega el paciente en su propia desarmonía.4
Otra área de coincidencia entre las dos disciplinas (acupuntura y psicología), en contraposición a la medicina occidental, es la comprensión mutua de que el crecimiento y la curación implican, a menudo, una “crisis curativa”. El cambio implica malestar, o, en términos chinos, “agravación”. Al iniciar una terapia de acupuntura, hay una minoría de casos en los que la enfermedad por la cual se ha acudido puede empeorar de manera temporal, o pueden resurgir, temporalmente, síntomas de enfermedades pasadas. Esta es una señal positiva de que las medidas represivas a las que hemos sido expuestos están siendo eliminadas. Las crisis curativas, como estas tienen poca duración (de algunas horas a algunos días), y son signos especialmente favorables, en particular para quienes estén empezando a apartarse de estilos de vida caracterizado por el abuso de drogas o alimentos.4
Referencias
1- JUN, ZHANG Fundamentos de Acupuntura y Moxibustion de China. Foreign Languages Press, Beijing.
2- SUSMANN, DAVID J. Acupuntura, Teoría y práctica. Ed. Kier, Buenos Aires, 2000.
3- KAPTCHUK, TED J. Medicina China, Una trama sin tejedor. Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1995.
4- LEON HAMMER Psicología y Medicina China, La ascensión del dragón, el vuelo del pájaro rojo. La Liebre de Marzo, Barcelona, 2002.